31 octubre 2011

¿Al Thyssen-Bornemisza?


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Microfotografía

ARTE Y TECNOLOGÍA

ARTE Y TECNOLOGÍA Premisa de Presentación.
Entre los temas que se propusieron, me interesó mucho el de Estética y filosofía del arte, pero es un tema que requiere mayor profundidad y tiempo de los que me permite esta propuesta.
En lo que se refiere a Arte y Tecnología es una temática que no pudo serme indiferente especialmente mirándola desde el ángulo de la tecnología. ¿Por qué? Porque el hecho de pertenecer a una generación del siglo pasado, me permitió ver comparativamente la vertiginosa ascendencia e incidencia de aquella, en la vida cotidiana y en todos los ámbitos. Y de un modo que hubiera podido catalogarse de “mágico”. El hecho de haber conocido directamente la influencia de la radio, la televisión, el teléfono, me permite notar el salto cuantitativo que significa la explosión de las técnicas de la información a nivel masivo. Ninguno de los otros medios de comunicación tuvo un alcance tan inmediatamente generalizado como la aparición la informática y sus redes, así como los teléfonos celulares.
No cabe duda de que el arte siempre ha estado estrechamente relacionado con la técnica, aun en sus inicios, aun en la prehistoria. Quién luego las amalgamó a la perfección fue Da Vinci. Hoy, innovar es un desafío tan profundo que requiere de una mente capaz de la diversidad en el conocimiento. La hecho de pertenecer a lo que hoy llamamos Sociedad del Conocimiento abre puertas para ese tipo de preparación. Sin olvidar que esta nueva tecnología es el fruto de cerebros científicos, físicos o ingenieros, pero dentro de los cuales convive un creador.
El artista, acaso por serlo, es una persona abierta a las nuevas propuestas. Por eso más allá de los usos “predecibles” que un artista pudiera requerir de la tecnología desarrollada en cada época, no es raro que éste se apropie de técnicas que primariamente no estaban adscriptas a su ámbito. Y esta es una característica que en este momento de la historia se ha desarrollado notoriamente. Y no me refiero solamente a los materiales (virtuales o no) sino también a los conceptuales, en muchos casos aportados por la amplia difusión de la ciencia.
La influencia de la tecnología en el arte es notoria, sin embargo creo, que no es más profunda de lo que ha sido a lo largo de los siglos. Sucede que ahora la tecnología se fagocita a la obra, y en algunos casos se confunde con ella, de tal suerte que la obra no existiría sin aquella, no al menos integralmente, incluyendo su exhibición. Hay casos en que la herramienta entra a formar parte del objeto creado. Y existen posibilidades que superan lo que suele llamarse reproducción, pues la copia pasa a ser indiferenciable de la original, de forma que en estos casos ha caducado el concepto de obra única e irrepetible.
Así, la tecnología del siglo veintiuno permite que la obra esté al alcance de casi cualquier persona en el mundo, en imagen, en audio, en 3D, en video o a traves del Street View utilizado para la visita virtual a museos del mundo. No va a pasar demasiado tiempo antes de que pueda ser observada por el público en general, holográficamente, tanto como recrear el tacto sobre un volumen o escultura, hecho que habitualmente está restringido, no solo por la dificultad de llegar a ciertas obras, sino por preservación.
Pero cabe preguntarse si estos, aparentemente tan notables aportes, conduzcan a una verdadera difusión del arte y de la cultura en general, y especialmente si el Arte dará frutos allí. Creo que la cultura en general recibe un importante apoyo, este blog, y el acceso a diversos centros de estudio en el mundo a traves de Internet, son ejemplos de los miles que permite. En cuanto al Arte, especialmente aquel que se apoya en la imagen, el diseño, la fotografía, etc. parece haber encontrado una aliada excelente en la tecnología actual.
La apariencia de facilidad, acceso, manejo, situaciones que parecen al alcance de la mayoría, da una idea no del todo exacta de las posibilidades, por tanto los artistas que logren un lugar dentro de ese ámbito serán aquellos que desarrollen un manejo inmejorable de las técnicas y que logren depositar en su obra aquello que a traves del tiempo ha sido necesario para que una obra llegue a trascender.
Probablemente ésta se convertirá en otra rama del arte, en la que acaso encontrar la excelencia resulte un desafío. Indudablemente todo apunta a que cuente con un público que ya se está formando. La duda personal es cuál será la profundidad de criterio de un público, que anhela cada vez más la imagen explicativa, que la lectura (del lenguaje escrito) detenida y profunda. Por tanto, como ha ocurrido siempre con las tecnologías ¬¬_particularmente las de
comunicación_, todo sigue dependiendo de la inteligencia con la que accedamos a ellas.
Aún así, la sensibilidad no está muerta, por mucho que parecen esforzarse los medios masivos, en matarla. Y tal vez por ésta y otras razones, y de forma insospechada, en las distintas ramas del árbol del Arte va a florecer de una u otra forma. Porque, como la primavera de Neruda, el arte “es inexorable”.